En esta residencia privada, responsabilidad de la comunidad de Madrid, bañaban a los ancianos con la ventana abierta en pleno invierno a las 5 de la mañana y reutilizaban los pañales, mantenían a los ancianos atados y drogados, alimentaban a los ancianos con las sobras diarias y las enfermeras tenían prohibido dar a los internos más de una pieza de fruta.
Es una vergüenza que haya tenido que ser un canal de televisión el que saque a estos ancianos de esta agonía, en lugar de hacerlo las inspecciones de la Comunidad de Madrid. Este es el resultado de apostar por lo privado y lavarse las manos de lo que se hace en este tipo de residencias.
Esto mismo ya lo vimos en un centro de atención a mujeres maltratadas, en el que se maltrataban a quienes se suponía había que ayudar.
La Comunidad como siempre actúa cuando se destapa el marrón y sigue apostando por la privatización masiva.
¿Este modelo es el que queremos extender a todos los servicios públicos?
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