Sostiene Esperanza Aguirre que “está decidida a que quien quiera hacer una objeción de conciencia a la asignatura de Educación para la Ciudadanía en Madrid la pueda hacer”. Añade que en su Comunidad se han “elaborado normas de la administración educativa de tal modo que ni siquiera se aplicará la Educación para la Ciudadanía” y que, a tal efecto, ha retrasado la puesta en práctica de esa asignatura para el curso 2008-2009, cuando ya habrá ganado Mariano Rajoy”. O sea, que la señora marquesa consorte y presidenta del Gobierno autonómico madrileño tiene la desfachatez de explicar a los ciudadanos cómo son sus planes para incumplir la Ley. ¿Se nos habrá hecho soberanista doña Espe? No lo parece, aunque haya convertido Madrid en una especie de Alcázar de Toledo. Al grito de Madrid no claudica, Madrid no se rinde, Madrid aguanta, Aguirre juega a heroína de estar por casa. De lo que se trata es de joder, por emplear un lenguaje castizo o cheli, muy de aristócrata populista. Acepción tercera De joder, naturalmente, a José Luís Rodríguez Zapatero. Claro que acogiéndose a la acepción tercera del vocablo, de acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua: “Destrozar, arruinar, echar a perder”. Aguirre que va a por todas y se cree capitana, como la Virgen del Pilar, de la tropa madrileña, quiere “destrozar”, “arruinar” y “echar a perder” a ZP. En el peor sentido del término Es liberal, proclama. Pero liberal en el peor sentido del término. En el del desmontaje del Estado del Bienestar y en las privatizaciones salvajes. Es liberal para los ricos, y los demás que los zurzan. Es liberal pero interviene brutalmente en el Hospital de Leganés, gracias a su lugarteniente Lamela, y monta lo que montaron, que es un bochorno colectivo sobre todo después de la sentencia judicial que archiva el caso. No hay delito. El benemérito doctor Montes y sus colegas no eran unos asesinos. No era el doctor Muerte como lo llamaban con infinita caridad cristiana desde la COPE de don Federico, el amiguete de doña Espe. ¡Oh casualidades! Pero a ella, qué más le da. La justicia la volvió a proteger y, ¡oh casualidades!, el veredicto llegó unos días después de las elecciones del 27-M, y para mayor inri, horas más tarde de que Lamela fuera apartado de Sanidad pero, eso sí, nombrado consejero de Transportes Y quien niegue la mayor, que pregunte cómo está la sanidad pública en Madrid, por ejemplo. O la enseñanza pública. Ex altos cargos Es liberal Aguirre, pero ha abarrotado el Consejo de Telemadrid de ex altos cargos del PP y hasta una ex esposa de alguien que pintó mucho y que puede pintar más en el futuro. Esta liberal Esperanza no se anda con chiquitas. Mete mano en la programación y en los informativos de Telemadrid más que lo hicieron en TVE los ministros de Información, Gabriel Arias-Salgado, Manuel Fraga Iribarne y Alfredo Sánchez Bella, juntos. “No sufra, Su Eminencia” Es liberal Esperanza, pero no como los de antaño que eran liberales para defender el libre pensamiento, la libertad de conciencia y la separación de la Iglesia y del Estado, y muchos de ellos pagaron por ello un precio muy alto, el de sus vidas. A ella, por el contrario, le encanta que el cardenal Rouco Varela asista a su toma de posesión. “No sufra Su Eminencia –le debió de decir la presidenta-; en Madrid, al menos mientras aquí mande yo, ni un solo niño será envenenado con las enseñanzas diabólicas de la asignatura Educación para la Ciudadanía. Nada, ni uno. Y muchas gracias por haberme acompañado en un momento tan solemne. ¡Ah!, dígale, de mi parte, a don Antonio Cañizares, quien amablemente ha excusado su presencia, que no se preocupe, que ya sabrá que el mayor elogio mío a mi marido fue el de patriota”. En el monte La liberal Aguirre rompe la baraja. Sabíamos que estaba también en el monte con sus colegas genoveses. Sabíamos de su tendencia a comportarse políticamente como una ultramontana. Ignorábamos, no obstante, que iba a llegar tan lejos. Madrid, región exenta de Educación para la Ciudadanía, porque lo digo yo, y basta. Como soy liberal no quiero este género de asignaturas. Al fin y al cabo, es similar a la Formación del Espíritu Nacional, ha manifestado a ABC. Hay que ser analfabeta o perversa –o ambas cosas a la vez- para comparar una asignatura que avalaba el franquismo y el nacionalcatolicismo, y otra que preconiza los valores democráticos. ¡Valores liberales, doña Espe! Pero liberales de verdad; valores que proceden de la Ilustración. No de Margaret Thatcher. Ni de usted, claro. E.S. |
lunes, 2 de julio de 2007
Proclama a Madrid “región exenta de Educación para la Ciudadanía”
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